La Asociación de Regiones Fronterizas Europeas (ARFE) celebra su Asamblea General

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Los días 22 a 24 de septiembre de 2011, la Eurorregión Yaroslavna, situada en la frontera entre Rusia y Ucrania, con sede en la ciudad rusa de Kursk, acoge la celebración conjunta del 40º aniversario de la fundación de la Asociación de Regiones Fronterizas Europeas (ARFE) , la Asamblea General 2011 y la Conferencia Anual de la Asociación, eventos que tendrán lugar por vez primera en la historia de la Asociación fuera de los límites comunitarios.

La Conferencia Anual lleva por título “Cooperación transfronteriza paneuropea: la Unión Europea, la Federación Rusa y la política de vecindad y países candidatos”. Con carácter previo, tendrá lugar un seminario sobre políticas fronterizas y cooperación entre la Unión Europea y la Federación Rusa (Moscú, 21 de septiembre de 2011), organizado conjuntamente con la Agencia Federal Rusa para Asuntos Fronterizos (Rosgranitsa), a la que los miembros de la ARFE están invitados a asistir.

En 1971, una decena de regiones fronterizas europeas constituyeron la ARFE para fomentar la cooperación transfronteriza y representar los intereses de las regiones limítrofes ante las organizaciones europeas y las autoridades nacionales. En la actualidad, se han adherido a la ARFE más de un centenar de regiones fronterizas (y otras unidades territoriales regionales y locales) de los Estados miembros de la Unión Europea o del Consejo de Europa. Castilla y León, fronteriza con las vecinas regiones Norte y Centro de Portugal, forma parte de la ARFE desde 1995.

La cooperación transfronteriza en Europa ha recorrido un largo camino desde 1971. Aquellas diez regiones pioneras han dado paso a cerca de 200 estructuras de cooperación bajo distintas fórmulas jurídicas (Comunidades de Trabajo, Eurociudades, Eurorregiones, Eurodistritos, Agrupaciones Europeas de Cooperación Territorial) tanto dentro de la Unión como en sus fronteras exteriores. Estas estructuras han trabajado para reforzar la integración europea en los escenarios más complejos, desde Barents hasta el Mediterráneo, y desde Oporto hasta Ereván. En la década de los noventa, muchas estructuras transfronterizas de los por entonces países candidatos se adhirieron a la ARFE, beneficiándose de este modo de su conocimiento y experiencia en materia de cohesión territorial y puesta en marcha de proyectos, programas y estrategias con sus vecinos en cuestiones ambientales, emergencias, conexiones de transporte, innovación, etc. Durante el último decenio, el crecimiento de la ARFE ha sido significativo hacia las nuevas fronteras exteriores, constituyendo las exrepúblicas soviéticas un campo creciente de cooperación.