¡ Celebramos el Día de Europa !

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Una año más conmemoramos en el día de Europa la declaración de Robert Schuman (Ministro francés de Asuntos Exteriores) el 9 de mayo de 1950, que recogió la idea originalmente concebida por Jean Monnet y propuso la creación de la primera Comunidad Europea, la del Carbón y del Acero (CECA).

No había precedente histórico de esta Unión de estados por lo que la evolución europea no tenía una ruta prefijada ni una organización impuesta, mas allá del cumplimiento de una serie de principios y valores básicos y consustanciales de paz, libertad, democracia y respeto a los derechos humanos, y esta es la razón por la que la construcción europea ha estado y está rodeada de tanta pasión y a veces de avances y retrocesos.

El éxito de la Europa propuesta por Monnet y Schuman, resumida en la premonitoria frase del primero: “Europa no se hará de una sola vez ni en una obra de conjunto, se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primera lugar una solidaridad de hecho”, puede valorarse a través de los sucesivos procesos de ampliación que han hecho que de los seis socios fundadores hayamos pasado, en apenas cincuenta años, a veintisiete estados, mostrando el progresivo fortalecimiento de los valores y las instituciones democráticas en Europa, y ha sido necesario modificar siete veces los Tratados para dar cabida a nuevas aspiraciones, nuevas metas y nuevas instituciones, adaptadas a los nuevos tiempos y demandas.

En este año se cumple además el 25 aniversario de la entrada de España y Portugal en el seno de la Europa democrática, tras los procesos de transición democrática vividos en la península ibérica en el último tercio del siglo pasado.

La Unión Europea se creó con el fin prioritario de lograr el objetivo político de la paz en Europa tras siglos de enfrentamientos; sin embargo, han sido sus iniciativas en el ámbito de la economía las que le han imprimido un mayor dinamismo y ha determinado su presencia en la vida cotidiana de todos los europeos.

Pero la libre competencia a escala europea debe ir de la mano de la solidaridad también paneuropea, lo que supone ventajas tangibles para los ciudadanos.

La política de cohesión europea centraliza los esfuerzos llevados a cabo por la UE para mejorar la posición competitiva de la Unión en su conjunto, y de sus regiones menos desarrolladas en particular.

La política de cohesión, a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y el Fondo Social Europeo (FSE) –también conocidos como Fondos Estructurales–, así como del Fondo de Cohesión, invierte en miles de proyectos en todas las regiones europeas para lograr su objetivo primordial: fomentar la cohesión económica y social mediante la reducción de las disparidades entre los Estados y las regiones miembros. Con un presupuesto de 347 000 millones de euros para el período 2007-2013, la política de cohesión representa la fuente más importante de apoyo financiero a nivel comunitario para invertir en pos del crecimiento y el empleo, y está diseñada para permitir que todas las regiones puedan competir de manera eficaz en el mercado interno.

En Castilla y León, los fondos europeos han permitido el desarrollo de infraestructuras modernas de comunicación como el AVE o la red de autovías y carreteras, la mejora de la sostenibilidad medioambiental a través de inversiones en depuración y tratamiento de residuos, la aportación de rentas a la población rural a través de la política agraria común y los programas de desarrollo rural, la mejora de las infraestructuras educativas, sanitarias y culturales y un largo etcétera de inversiones que han permitido a nuestra región avanzar significativamente en su desarrollo y competitividad y en el bienestar de sus ciudadanos.

Medio siglo de construcción europea ha demostrado que la Unión en su conjunto es algo más que la suma de sus miembros: su peso económico, social, tecnológico, comercial y político es mucho mayor que el que tendrían sus Estados miembros si actuasen de forma individual.

Para los europeos de hoy, el viejo dicho según el cual «la unión hace la fuerza» sigue tan vigente como siempre. Pero el proceso de integración europea no ha disipado los diferentes modos de vida, tradiciones y culturas de sus pueblos. De hecho, uno de los valores fundamentales de la Unión es su diversidad, como reza uno de sus lemas: “Unidos en la diversidad”.

Asimismo, la UE promueve valores humanitarios y vela para que los ciudadanos se beneficien de los grandes cambios que se están produciendo a escala mundial, en lugar de padecerlos. La UE defiende una visión de la sociedad a la que la gran mayoría de sus ciudadanos se adhiere. Los derechos humanos, la solidaridad social, la libertad de empresa, la distribución equitativa de los beneficios del crecimiento económico, el derecho a un medio ambiente protegido, el respeto de la diversidad cultural, lingüística y religiosa y una síntesis armoniosa de tradición y progreso constituyen el rico patrimonio de valores que los europeos tanto aprecian y cuidan.

El nuevo artículo 3 del Tratado de la Unión Europea establece que “la Unión combatirá la exclusión social y la discriminación y fomentará la justicia y la protección sociales, la igualdad entre mujeres y hombres, la solidaridad entre las generaciones y la protección de los derechos del niño”.

En la Declaración de la Cumbre de Berlín de marzo 2007 con motivo del cincuenta aniversario de la firma del Tratado de Roma los Estados Miembros constataban que “En la UE estamos haciendo realidad nuestros ideales comunes: para nosotros el ser humano es el centro de todas las cosas. Su dignidad es sagrada. Sus derechos son inalienables. Mujeres y hombres tienen los mismos derechos. Nos esforzamos por alcanzar la paz y la libertad, la democracia y el Estado de Derecho, el respeto mutuo y la responsabilidad recíproca, el bienestar y la seguridad, la tolerancia y la participación, la justicia y la solidaridad.”

Como cualquier obra humana de esta envergadura, la construcción de la Europa que queremos no puede conseguirse ni en un día ni en unas décadas. Hay todavía vacíos e imperfecciones evidentes.

Desde Castilla y León queremos celebrar hoy, Día de Europa, con nuestro trabajo, un trabajo conjunto de la sociedad de nuestra Comunidad Autónoma en la promoción de una política comunitaria basada en el respeto a la libertad, la igualdad, la plena participación ciudadana, la iniciativa y la creatividad.